La química aplicada al ambiente y los alimentos tiene un papel fundamental en la promoción de la sostenibilidad y la toma de decisiones informadas a nivel gubernamental. En esta entrada, exploraremos el ruibarbo, una planta que, gracias a su composición química y procesos de deshidratación, se convierte en un ejemplo notable de cómo la química puede influir en la industria alimentaria y en el respeto al medio ambiente.

El Ruibarbo: Un Recurso Versátil

Según el Código Alimentario Argentino (2013), el ruibarbo se clasifica como una hortaliza, y su parte comercializable es el pecíolo, es decir, el tallo de la planta (Artículo 847). A diferencia de otras hortalizas, como la acelga, en la que tanto el pecíolo como la lámina del vegetal son consumibles, el ruibarbo se destaca por su singularidad.

Este dato es fundamental en la química de alimentos, ya que el conocimiento de la parte utilizada de una planta y su composición química es esencial para comprender su valor nutricional y sus aplicaciones culinarias.

Proceso de Deshidratación: Un Punto Clave

El Código Alimentario Argentino también aborda el concepto de hortalizas desecadas o deshidratadas (Artículo 821). Estas hortalizas han sido privadas de la mayor proporción del agua de constitución, lo que las hace más duraderas y adecuadas para ciertas aplicaciones culinarias y procesos industriales.

Aunque el documento no menciona explícitamente el proceso de liofilización, esta técnica es una de las formas más avanzadas de deshidratación. En el caso del ruibarbo, la deshidratación es una práctica común, lo que permite conservar este valioso recurso durante más tiempo sin que pierda sus cualidades.

Implicaciones para la Sostenibilidad

La química aplicada al ambiente y a la industria alimentaria se encuentra en una posición clave para promover la sostenibilidad. El uso eficiente de los recursos, como el ruibarbo, es esencial para minimizar el desperdicio de alimentos y reducir la presión sobre el medio ambiente.

La deshidratación de hortalizas, como el ruibarbo, contribuye a la sostenibilidad al prolongar la vida útil de estos alimentos, reduciendo la necesidad de conservantes y envases adicionales. Además, al tener un contenido de agua controlado (Artículo 824), se evita la proliferación de microorganismos y se garantiza la seguridad alimentaria.

Futuro Sostenible y Oportunidades de Mercado

Nuestro grupo de I+D+i se enorgullece de estar en la vanguardia de la investigación y la innovación en química aplicada al ambiente y la industria alimentaria. A través del conocimiento y la experiencia de sus miembros, nuestro grupo se ha convertido en un referente técnico y de conocimiento.

A medida que avanzamos hacia el futuro, es esencial mantener nuestro compromiso con la sostenibilidad y la formación de nuevas generaciones de profesionales. La incorporación de más docentes categorizados como investigadores y la orientación de alumnos de grado hacia la I+D+i contribuirá a nuestro objetivo de ser un referente en la toma de decisiones a nivel gubernamental, el desarrollo de oportunidades de mercado y la conformación de startups.

En última instancia, el ruibarbo y su proceso de deshidratación son un ejemplo claro de cómo la química de alimentos puede influir en la sostenibilidad y en la creación de oportunidades comerciales. Nuestra búsqueda de la sostenibilidad y la formación de nuevas generaciones de profesionales sigue siendo el núcleo de nuestro compromiso, a medida que avanzamos hacia un futuro más saludable y sostenible.

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